Documento histórico (I) Borrachos y otros seres mitológicos.

Ya no sé cuánto tiempo hace de este historia, no la recuerdo especialmente bien porque el tiempo no pasa en balde, pero cuando la memoria flaquea siempre queda el documento histórico contemporáneo que nos la recuerda. El cómic que traigo aquí fue realizado en algún momento entre 2011 y 2012, para un blog que hice en aquellos tiempos para darle espacio al juego de rol que se estaba mascando en mis mientes entonces, ‘Antigüedad Mítica’. Por aquellos tiempos yo cursaba un máster en la Universidad de Cantabria, y me pasaba los días en mi tercera adolescencia con dos tías de 24 y 27 (yo tenía 30, éramos algo así como el trío calavera), que estaban muy buenas, haciendo el gilipollas a nivel DIOS, porque estoy seguro de que habría podido llegar a algo con alguna de ellas, quizás con las dos; pero yo tenía una novia que me tiranizaba, y a la que fui fiel para que poco después me mandase a tomar por culo… snif… Tíos una recomendación de viejo: a menos que estéis muy bien con vuestras novias no seáis catetos porque tarde o temprano os van a dar por culo.

Pues vale. Mi retraso mental es contenido para otra entrada. El caso es que yo hice ese blog y escribí bastante sobre ese juego de ‘Antigüedad Mítica’ y, para animarlo y conseguir visitas, hacía cómics de las vergonzosas situaciones que se producían a mi alrededor. De esta que traigo hoy ya os había hablado, pero el cómic estaba perdido, hasta que estas Navidades lo encontré. Vale, os pongo en contexto. Bar de la Radio de Crom. Estábamos jugando apaciblemente sábado o viernes, por la noche, creo que a La Llamada de Cthulhu. Crom había apagado todas las luces y todo para que no pareciese que el bar estaba abierto, porque la poli podía crujirle. Yo era el Máster.

Ese dulce cu…

En un momento de la noche, un borracho se plantó delante del cristal del bar. Acababa de encontrar la fuente de la Eterna Juventud. Tenía sed y pedía agua desde fuera, debía ser primo de alguno de los que jugaban conmigo. No me preguntéis más porque lo he olvidado casi todo, pero me fío del documento que es el cómic: por lo visto yo no le dejé entrar porque estábamos jugando, pero el tío insistía porque tenía sed. El primo intentaba negociar, pero yo no me apiadaba, y al final debieron echarle agua por el cristal, quizás derramándola fuera mientras el curda alargaba la lengua intentando beber.

Esa fue un poco la hazaña de esa noche. Guardo muy buenos recuerdos de las partidas en el bar la Radio, con la banda del rol y su gran gerente, Crom, alias Torkol, alias Bognar, alias Bran Chupagemas. En ese bar ocurrieron cosas que no creeríais, como el día en que Crom y su perro Morgan empezaron a aullar al unísono, o cuando el mismo Bran nos explicó con todo lujo de detalles, al Maestro Ninja y a mí, cómo se follaba a su novia, mientras se pimplaba una botella de whisky.

Si muriese mañana podría presumir de haber vivido una buena vida. Que os den por el dulce cu.

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